Esta entrada es una experiencia personal como preparador físico. Normalmente, y con buen criterio, un deportista mejora una capacidad terminando su fase de entrenamiento con un aumento de la especificidad de la disciplina (Weineck, 1988; Bompa 2007). Si atendemos a esto para mejorar el salto vertical será necesario saltar. Es decir, adecuar el entrenamiento a realizar una carga de saltos acorde a un volumen y a una intensidad.
Como preparadores físicos es importante que intentemos controlar no solo la carga en la parte física sino también en la técnico-táctica. Somos conscientes que es extremadamente complicado ya que en un deporte colectivo los factores y variables que habría que medir son numerosos.
En este caso particular queremos destacar el número de saltos que realiza un jugador en un partido que puede ir de 41 hasta 70 batidas (San Román Quintana, Calleja González, Casamichana Gómez, Castellano Paulis, 2011). En entrenamiento en función de ejercicios de volumen de tiro, más los ejercicios técnico-tácticos específicos el número de batidas se puede disparar a 150-200. Si además consideramos que en la mayoría de las ocasiones los descansos entre los ejercicios son mínimos, estamos hablando de una fatiga del sistema nervioso central considerable.
Uno de los métodos para mejorar la capacidad de salto más efectivo es el entrenamiento pliométrico (Cometti, 1998; Bompa, 2007, San Román Quintana, Calleja González, Casamichana Gómez, Castellano Paulis, 2011), sin embargo, el propio juego del baloncesto a nivel integral tiene un gran volumen de este tipo de entrenamiento. Por lo tanto, en nuestro caso, nos hemos preguntado más de una vez si este método sería necesario. ¿Para mejorar la capacidad de salto en baloncesto sería necesario hacer pliometría? Sí, pero entendemos y opinamos que utilizaremos este método en función del volumen de saltos que se realicen en el entrenamiento técnico-táctico. Por ello hay temporadas donde el entrenador mete una carga excesiva de saltos por lo que en la parte física podemos optar por no introducirlos.
¿Cuáles son los métodos que hemos utilizado en función de nuestra experiencia? Quizás no podemos decir que hayamos realizado el método de Intensidades máximas II al uso ya que hemos utilizado el carácter del esfuerzo a 5 repeticiones con posibilidad de hacer 7 con ejercicios de halterofilia (cargadas y arrancadas). Con este método hemos conseguido que algunos jugadores tengan una mejora de hasta 5 cm en CMJ (medido con la aplicación @myjump) en tan solo un mes como se puede ver en la imagen a continuación.

Es necesario para entender esta mejora explicar que este método se ha hecho con dos jugadores con experiencia en el entrenamiento de fuerza, pero nula experiencia en movimientos olímpicos. Los dos jugadores tenían niveles de fuera adecuados para el baloncesto. Se estimó la RM en sentadilla con el brazalete @Push siendo esta 140 y 170 kilos respectivamente. En un principio nos hemos centrado en ejercicios técnicos y posteriormente si hemos empezado a añadir carga siempre respetando una técnica adecuada. Realizaron 2 sesiones de entrenamiento físico y técnico al día. Las sesiones de ejercicios de halterofilia se hicieron una vez cada dos días.

Con esto queremos remarcar que es posible que en ocasiones no sea necesario añadir volumen de saltos, o por lo menos reducir ese volumen, en nuestras sesiones para mejorar esta capacidad si el número de saltos en las sesiones técnico-tácticas es excesivo.
Bibliografía
Bompa,T. (2007), Periodización, Teoría y metodología del entrenamiento deportivo. Hispano Europea. Barcelona.
Cometti, G. (1998). La pliometría. Barcelona: Inde.
San Román-Quintana,J; Calleja-González, J , Casamichana Gómez, D , Castellano Paulis, D Entrenamiento de la capacidad de salto en el jugador de baloncesto: una revisión CCD 16 I AÑO 7 I VOLUMEN 6 I MURCIA 2011 I PÁG. 55 a 64 I ISSN: 1696-5043
Weineck, J. (1988), Entrenamiento Óptimo. Hispano Europea. Ripollet (España).