La imagen que introduce la entrada muestra el desarrollo o la cadena que se puede seguir a la hora de trabajar la fuerza. No obstante, no es necesario seguir la cadena como tal. Es decir, no tenemos porqué trabajar la fuerza explosiva para pasar al siguiente eslabón (fuerza elástico-explosiva) o fuerza máxima (aunque si lo recomendamos) para empezar a trabajar fuerza explosiva. Sí que consideramos importante que, para llegar al último eslabón, resistencia a la fuerza elástico explosiva si necesitamos ciertos niveles de fuerza reactiva o elástico explosiva. Al igual que si nos parece fundamental dar una notable importancia a la base de la pirámide para crear buenos cimientos de cara a la temporada o al futuro de jugador@.
La metodología del trabajo de fuerza, aunque va a variar mucho en función de la edad, la experiencia deportiva, el momento de la temporada, las necesidades del jugador…siempre va a estar orientada a la mejora de la fuerza rápida (explosiva, elástico-explosiva,…), es por ello que cuanto trabajamos la fuerza, no importa si con cargas altas o cargas bajas; el jugador debe movilizar la carga siempre a la máxima velocidad que le sea posible (excepto en las etapas de aprendizaje de la técnica de los diferentes ejercicios). De esta forma el entrenamiento incide en su gran mayoría sobre las fibras rápidas del músculo (fibras que son las predominantes en los movimientos del baloncesto). Solamente podríamos hablar de un caso concreto donde no vamos a buscar la velocidad alta de ejecución (a parte de la etapa de aprendizaje), y es en aquellos jugadores que necesiten ganar mucho peso en forma de músculo (hipertrofía).
La mejora de la fuerza viene determinada por tres factores (Weineck 2011):
- Aumento de la sección transversal del músculo (HIPERTROFIA). Supone un aumento del tamaño de la fibra muscular (parte contráctil).
- Mejora de la coordinación intramuscular: el músculo está formado por una serie de fibras, cuanto mejor sea su coordinación (que todas ellas se activen a la vez), más fuerza se producirá.
- Mejora de la coordinación intermuscular: capacidad de los músculos que participan en el mismo movimiento de activarse a la vez (por ejemplo, activación de pectoral, deltoides anterior y tríceps en el press de banca, triple extensión de tobillo, rodilla y cadera en los movimientos olímpicos).
Mediante la variación del volumen y la intensidad del entrenamiento, podremos centrarnos en desarrollar más un factor u otro.
- Volumen Alto, Intensidad Media: Mayor desarrollo de la hipertrofia.
- Volumen Bajo, Intensidad Alta: Mayor desarrollo de la coordinación intramuscular.
Bibliografia:
Weineck, J (2011). Entrenamiento total. Barcelona. Paidotribo.